Por Norberto Insuasty Plaza
En “Le degré zéro de l’écriture” Roland Barthes se pregunta Qu´est-ce que l´écriture? Y, aunque al punto dedica pocas páginas (se trata de una obra muy breve de 65), no debió de ser fácil su tarea, pues, previamente, requirió entrelazar conceptos entre los componentes esenciales o conexos del asunto escritural, sin los cuales su pretensión carecería de sentido, tales como la lengua, el lenguaje, el estilo, la palabra y la historia.
Aunque Barthes no asume el interrogante planteando una definición rotunda, de por sí empobrecedora, sí aborda, como hemos dicho, sus componentes esenciales, da rodeos necesarios y modela, finalmente, un concepto de la escritura sencillamente sorprendente.
Ya en la introducción Barthes da una pista al advertir que Hébert (1) nunca comenzaba un número de Père Duchêne sin antes expresar algunas exageraciones y vulgaridades (quelques <foutre> et quelques <bougre>), lo cual era algo revolucionario, pues tales groserías no significaban nada, pero sí señalaban algo. He ahí, dice, “l´exemple d´une écriture dont la fonction n´est plus seulement de communiquer ou d´exprimer, mais d´imposer un au-delà du langage qui est à la fois l´Histoire et le parti qu´on y prend. p.7” (el ejemplo de una escritura cuya función no sólo es la de comunicar o de expresar, sino la de imponer un más allá del lenguaje, el cual es a la vez la Historia y el partido que allí se toma.)
Para Barthes, la lengua es propiedad del colectivo y no de un escritor. “Elle enferme toute la création littéraire àpeu près comme le ciel, le sol et leur jonction dessinent pour l´homme un habitat familiar. p.11” (Ella encierra toda la creación literaria de la misma manera como el cielo, el suelo y su unión dibujan para el hombre un habitat familiar.).
De otra parte, el estilo, tampoco es el producto de una escogencia, de una reflexión sobre la literatura, es algo que aflora de la biología y del pasado del escritor: “Il est la part privée du rituel, il s´élève àpartir des profondeurs mythiques de l´écrivain, (…) Le style est proprement un phénomène d´ordre germinatif, il est la transmutation d´une Humeur. p. 12”
(Él es la parte privada del ritual, él se eleva a partir de las profundidades míticas del escritor (…) El estilo es, propiamente, un fenómeno de orden germinativo, es la transmutación de un Humor.)
La escritura se constituye, entonces, como una realidad formal entre la lengua y el estilo. “ L´écriture est un acte de solidarité historique. Langue et style sont des objets ; l´écriture est une fonction : elle est le rapport entre la création et la société, elle est le langage littéraire transformé par sa destination sociale, elle est la forme saisie dans son intention humaine et liée ainsi aux grandes crises de l´Histoire. p. 14” (La escritura es un acto de solidaridad histórica. Lengua y estilo son objetos; la escritura es una función: ella es la relación entre la creación y la sociedad, ella es el lenguaje literario transformado por su destino social, ella es la forma tomada en su intención humana y ligada así a las grandes crisis de la Historia”)
Así como en desarrollo de la escritura, el escritor, como equivocadamente se piensa, no escoge ni su lengua materna ni su estilo, de igual manera tampoco escoge su escritura: “Il ne pas donné à l´écrivain de choisir son écriture dans une sorte d´arsenal intemporel des formes littéraires. C´est sous la pression de l´Histoire et de la Tradition que s´établissent les écritures possibles d´un écrivain donné. p. 16” (No le está dado al escritor escoger su escritura en una especie de arsenal intemporal de las formas literarias. Es bajo la presión de la Historia y de la Tradición que se establecen las escrituras posibles de un escritor dado.)
El pasado cubre todas nuestras palabras, incluso el pasado de nuestra propia escritura: “Une rémanence obstinée, venue de toutes les écritures précédentes et du passé même de ma propre écriture, couvre la voix présente de mes mots. Toute trace écrite se précipite comme un élément chimique d´abord transparent, innocent et neutre, dans lequel la simple durée fait peu à peu apparaître tout un passé en suspension, toute une cryptographie de plus en plus dense p. 16”. (Una remanencia obstinada, venida de todas las escrituras precedentes y del pasado mismo de mi propia escritura, cubre la voz presente de mis palabras. Todo vestigio escrito se precipita como un elemento químico, en principio transparente, inocente y neutro, en el cual la simple permanencia hace aparecer poco a poco todo un pasado en suspensión, toda una criptografía cada vez más densa.)
Roland Barthes. Le degré zéro de l´écriture. Éditions du Seuil, Paris, 1972. La traducción es nuestra.