El Inca Huayna Cápac tuvo a Francisca Coya entre sus hijas; ésta a su vez fue mujer del Conquistador Diego de Sandoval, de cuyo hogar nació, en la ciudad de Quito, Eugenia Sandoval Coya, en 1536. Esta se desposó con Gil de Rengifo, yéndose la pareja a vivir a Anserma. Allí nacieron María Rengifo de Sandoval, biznieta del Inca, quien se desposó con Vicente Henao Tamayo, hermano del canónigo Miguel Henao, quien llegó con el primer obispo de Popayán, don Juan del Valle. De este hogar provino Melchor Henao Rengifo, tataranieto del Inca, también ansermeño, nacido en 1572, quien es cabeza de una ilustre descendencia caleña y antioqueña.
Toda esta información consta en un artículo publicado en la revista Pregón, órgano del Centro de Historia de Sonsón, dirigida por Néstor Botero Goldsworthy, en su edición de Septiembre-Octubre de 1991.
Incluso, el título aparecido en el artículo es igual, con la diferencia que apunta solamente a la descendencia en Antioquia:[3]
Dice el colaborador de Pregón, Dr. Fernando Jurado Noboa, que la hija del Inca (Emperador) Huayna Cápac, de nombre Francisca Coya (apelativo el de “Coya” equivalente a Princesa entre los incas), es “madre nutricia para Ecuador y Colombia”. Con lo cual, así lo entendemos nosotros, el historiador genealogista ecuatoriano da a entender que la descendencia de la Princesa Francisca ha llegado a ser de tan vasta significación social en Ecuador y Colombia que bien merece que su nombre se rescate del olvido y goce hogaño de recordación o grata memoria.
Que su Alteza doña Francisca Coya sea “madre nutricia” para Ecuador no es de extrañar, por cuanto la incidencia genética incaica fue allí amplísima como consecuencia de la conquista y anexión del Reino de Quito al Imperio de los Incas. Los dos pueblos se fusionaron y obviamente se entrecruzaron, hasta el punto de que el mismo Huayna Cápac desposó a la hija del Rey depuesto e hizo de Quito una segunda capital de su imperio.
Pero… que doña Francisca Coya sea también “madre nutricia” para Colombia, es algo que al parecer carecería de razón. La expansión del imperio de los Incas que partió de Cuzco hacia el norte y alcanzó a someter al Reino de Quito, sólo alcanzó a rozar tangencialmente a lo que hoy es Colombia en el límite sur del Departamento de Nariño. Aquí se frena el ímpetu conquistador de los incas por la llegada de los españoles, quienes, a su vez, vienen en plan de conquista y en un santiamén de codicia desenfrenada dan cuenta y razón de aquel milenario y “maravilloso mundo de los Incas”.
¿Cómo, entonces, la Coya o Princesa inca doña Francisca, pudo ser “madre nutricia” para Colombia, como lo dice Jurado Noboa, y, especialmente para Antioquia, como de veras lo es por el gran número de antioqueños ilustres que en ella tienen a una incuestionable tataradeuda…?
La respuesta al anterior interrogante, está en los genes que se transmiten de generación en generación, traspasando fronteras, entrecruzándose aquí y allá sin que barreras de religión, de color, de gentilicio o estirpe los atajen. “La historia camina y procede por generaciones”, escribió Ortega y Gasset. Y por los caminos de la sucesión generacional –largos caminos con caminantes que avanzan–, fue como llegó a Antioquia la simiente genética proveniente de la vieja encina de la realeza incaica.
Antes de proseguir con la presencia genético-incaica de doña Francisca Coya en Antioquia, hagamos un suscinto recuento de la trayectoria dinástica de los Emperadores que gobernaron el Imperio de los Incas:
- Manco Capac, el fundador del Imperio e iniciador de la dinastía, de cuyo origen casi nada se sabe. “La historia incaica tuvo su origen en el mito y continúa en la leyenda”, ha dicho Victor W. Von Hagen. La leyenda tiene a Manco Cápac por hijo del Sol, pero la crónica un tanto inventada lo presenta con Garcilaso de la Vega como “indio de buen entendimiento”, urdidor del mito de los hijos del Sol” para granjearse el respeto de las gentes que sometió a su autoridad”. El año de iniciación del Imperio es incierto, pero hay relativa coincidencia en que pudo ser el 1021, cuando también Manco Cápac fundaría la ciudad de Cuzco como capital imperial. Sea de todo esto lo que fuera, la sucesión dinástica, siempre de padre a hijo, continúa así:
- Sinchi Roca.
- Lloque Yupanqui.
- Mayta Capac.
- Capac Yupanqui.
- Inca Roca, “el primer monarca del Tahuantinsuyo (Imperio de los Incas) que añadió a su nombre el título de Inca (equivalente al de Emperador) y lo usó oficialmente”.
- Yahuar-Huac Inca.
- Viracocha Inca, “con quien termina el período medio y la era legendaria de los Incas”.
- Pachacutec Inca Yupanqui, de quien se ha dicho que es “el más grande hombre que ha producido la raza aborigen de América” . Su tiempo de gobierno fue entre 1438 y 1471, siendo el año de su acceso al poder, 1438, “la primera y más antigua de las fechas de la historia precolombina de América en la cual todas las fuentes coinciden”.
- Inca Tupac Yupanqui, definido por sus conquistas como “El Alejandro Magno del Nuevo Mundo”. Gobernó entre 1471 y 1493 y fue su mayor afán la anexión del Reino de Quito al imperio de los Incas, que a su muerte dejó inconclusa.
- Huayna Capac Inca, quien gobernó desde 1493 hasta su muerte en 1525 (o 1526), cuya hazaña mayor fue el remate de la conquista del Reino de Quito que anexó a su imperio. Antes de su muerte Huayna Cápac dividió en dos el imperio: el norte, con Quito como capital, para su hijo Atahualpa, y el sur, capital Cuzco, para su hijo Huáscar. Esta fue la causa de posterior ruina del Imperio de los Incas, pues los dos hermanos no tardaron en enfrentarse en guerra fratricida. Huáscar murió a manos de sus adversarios causándose la desmoralización y dispersión de su ejército. Y en cuanto a Atahualpa, poco le duró la victoria. Llegados los españoles a sus dominios, con Francisco Pizarro a la cabeza, pusieron en juego artimañas de fingida cordialidad con el Inca, hasta lograr apresarlo y ahuyentar a su pueblo con los caballos y la pólvora que a los nativos les causaban pánico. Saciada la codicia de un jugoso rescate en oro que al Inca le exigieron para respetarle la vida, Pizarro y sus consejeros, entre ellos el sacerdote Valverde, incumplieron su palabra dizque de caballeros y cristianos. El 29 de Agosto de 1533 el indefenso Atahualpa fue miserablemente condenado a la hoguera. Y, “oscureció en la mitad del día”, como dice Benjamín Carrión. Al morir el último Inca, el Imperio de los hijos del Sol cayó en la noche de su extinción.
Huayna Cápac, según consenso de cronistas, “dejó una numerosísima descendencia”, obviamente de más hijos naturales que legítimos por cuanto la holganza con concubinas era bien de su agrado. De los hijos varones, sobre todo si alcanzaron a tener figuración como Huáscar, legítimo y Atahualpa, ilegítimo, es menos difícil precisar origen materno. De las mujeres es más complejo. Se ha podido establecer que Francisca Coya fue una de las hijas del Inca, pero en cuanto a la madre varían las opiniones: para algunos, Francisca es legítima como hija de la Coya-esposa, mientras que, para otros, fue hija de concubina. De todas maneras, a los hijos del Inca no se les buscaba pleito de origen materno: eran hijos del Inca, y basta.
Después de la muerte de Atahualpa a manos de los españoles, a algunas de sus hermanas, hijas también de Huayna Cápac, su pueblo en fuga quiso protegerlas de la lascivia de los “barbudos”. Intento vano para Francisca, entre otras, de quien se adueñó el conquistador Diego de Sandoval. Y así podemos continuar con una trayectoria genealógica que con fundamento en el libro Las Coyas y Pallas del Tahuantinsuyo, de Fernando Jurado Noboa, es como sigue:
Huayna Cápac, el Inca = 2) Francisca Coya (hija del Inca), mujer del conquistador español Diego de Sandoval. = 3) Eugenia Sandoval Coya (nieta del Inca), nacida en Quito en 1536, legitimada por el Rey, esposa del español Gil de Rengifo, de quien sólo tuvo una hija que; fue:= 4) María Rengifo Sandoval (bisnieta del Inca), nacida en Anserma, esposa del español Vicente Henao Tamayo (hermano del canónigo Melchor Henao, quien llegó con el primer obispo de Popayán, don Juan Del Valle). =5) Melchor Henao Rengifo (tataranieto del Inca), quien nació en Anserma hacia 1572 y en Cali contrajo matrimonio, hacia 1609, con María Vivas.= 6) Gregorio Henao Vivas (Chozno o nieto cuarto del Inca), nacido en Cali hacia 1610, quien se mudó a la ciudad de Antioquia donde contrajo matrimonio con Jacoba Vásquez Guadramiros.
A partir de Gregorio Henao Vivas (el chozno del Inca), es fácil seguir la descendencia en las Genealogías de Antioquia y Caldas, de don Gabriel Arango Mejía. Así, por ejemplo: 7) Gregorio Henao Vásquez, hijo de Gregorio y Jacoba (nieto quinto del Inca), de quien nos dice el genealogista que “se radicó en el valle de Rionegro, en donde falleció en septiembre de 1687”. Fue casado con Juana Losada Zerpa, y de sus varios hijos (nietos sextos que vienen a ser del Inca), cabe hacer mención de Josefa, esposa de Juan José Villegas; Juan, esposo de Mauricia Giraldo; Juana, esposa de Antonio Salazar, y María, esposa de Tomás Giraldo.
Numerosa es ya la descendencia antioqueña proveniente de los sextos nietos del Inca Huayna Cápac. A varios de tales descendientes los mencionamos en artículo titulado “Presencia Incaica en Antioquia” publicado en Pregón, No. 73. Hoy repetimos algunos de tales nombres, esto con el solo propósito de aludir a la prestancia y significación nacional que alcanzaron, dándole así validez a la afirmación de Fernando Jurado Noboa cuando dice que Francisca Coya, hija del Inca Huayna Capac, es “madre nutricia” tanto para Ecuador, como para Colombia. El muestreo es así:
Presidente de Colombia: Roberto Urdaneta Arbeláez. = Obispos (entre otros): Bernardo Herrera Restrepo; Valerio Antonio Jiménez; Gregorio Nacianceno Hoyos; Emilio Botero González; Diego María Gómez; Juan Manuel González; Alberto Uribe Urdaneta; Tulio Botero Salazar; Arturo Duque Villegas y el cardenal Aníbal Muñoz Duque. = Próceres: general Braulio Henao y coronel Anselmo Pineda. = Gobernadores de Antioquia: Abraham Moreno, José Tomás Henao y Braulio Henao Mejía. = Escritores: Tomás Carrasquilla; Luis López de Mesa; León de Greiff, y Manuel Mejía Vallejo. = Políticos: Aquilino Villegas, Román Gómez, Gilberto Alzate Avendaño, Augusto Ramírez Moreno y, el más reciente que hemos encontrado, Germán Zea Hernández. = Rector universitario: Mons. Félix Henao Botero.
Es un hecho, pues, que de la Princesa incaica doña Francisca Coya, hija del Inca Huayna Capac, hay en Colombia, y con énfasis en Antioquia, una lúcida descendencia. Lo cual seguramente quedará ampliamente detallado en el libro que prepara el Dr. Fernando Jurado Noboa, conocedor del tema como el que más, libro que bajo el título de Francisca Coya, hija del Inca, saldrá el año entrante a públicas vistas. El tema es novedoso y asaz interesante. Descender del Inca Huayna Cápac es tan honroso como descender del mismísimo don Pelayo, el noble visigodo. Esto dicho para quienes piensan que nobleza de estirpe sólo es válida cuando proviene de “asturianas breñas”.
Frente a los quinientos años del “descubrimiento” de América, vale la pena recordar su realidad precolombina para valorarla y exaltarla, sin ocultar el mestizaje del hombre americano. Porque, como lo ha dicho Otto Morales Benítez, “estamos ante la presencia de lo que se llamará la Raza Americana”.